Este libro, ¿QUIÉN DIJO QUE EL NOVIO ES IMPRESCINDIBLE?, de Julia Jewellyn, fue una adquisición impulsiva. Vamos, que me hizo gracia la portada. De todas formas, el anterior libro de esta autora que me leí no me disgustó, y quizá por eso lo cogí del stand.

De todas formas, la contraportada no me llamó mucho la atención...
Una luna de miel de cinco estrellas en Roma... ¿Qué más puede desear una chica?

En el caso de Amy... un marido, la verdad. Sin embargo, a pesar de las deudas que arrastra después de cancelar la boda, y sin posibilidad de que los números rojos desaparezcan de su cuenta durante la luna de miel, decide coger el avión para tostarse bajo el sol italiano.

El problema es que nadie la deja en paz. Cuando no es un huésped del hotel demasiado curioso, es un famoso actor, Hal Blackstock, que se siente despechado porque el amor de su vida se casará con otro y está desesperado por cambiar su suite con la de Amy.

¿Es posible que una estrella de cine se enamore de una chica normal y corriente?
En mi opinión, lo que podría ser una buena historia, se queda diluida en una trama absurda e insostenible que hace que al final, no me quede con tan buen sabor de boca.

La base, esa que se muestra muy poco a poco, está bien. Amy, una joven con los pies en el suelo, tiene una relación con Danny, un chico corriente y un poco aburrido que le ofrece bastante seguridad y un futuro con pocas sorpresas. Amy cree que en la vida debe haber algo más, y después de un tiempo en el que no se atreve a dar el paso por miedo, finalmente se arma de valor y deja a Danny... Por Doug, un chico que en principio representa todo lo que echa en falta en su anterior relación.

El problema viene después de un tiempo, cuando Amy nota que está madurando y que Doug se ha quedado atrás, empecinado en un sueño poco realista que le hace abandonar un trabajo "serio". Amy apoya a Doug, porque así es el amor, hasta el punto de financiar el 100% de su vida juntos, trabajando hasta tarde mientras Doug se divierte y aporta más bien poco.

Y Amy se pregunta si éso es lo que quiere para el resto de su vida, con una boda en ciernes que ha organizado y pagado ella sola, tirando del sueño que debía ser mutuo pero que en realidad, sólo es suyo. ¿Merece la pena seguir adelante con la esperanza de que todo cambie, o es mejor coger al toro por los cuernos y luchar por lo que realmente quieres, aunque sin garantía de encontrarlo?

Ésa es la historia que subyace en una ridícula serie de encuentros en Roma entre Amy y un famoso actor preocupado por un grano, obsesionado por una suite donde ya se alojó Victoria Beckham y pendiente de sí mismo. Amy se asoma a la vida de la farándula mientras Hal se asoma a la vida normal a pie de calle; y todos los acontecimientos van dirigidos a que se enamoren el uno del otro.

Mientras se desarrollan estos encuentros, como flashback se muestra la vida de Amy antes de viajar a Roma, todos sus miedos y problemas, que en mi opinión es lo más interesante de la historia, pero la autora pasa de puntillas sólo para explicar el motivo por el cual Amy está en Roma sola y no con Doug.

Al menos no me parece mal cómo acaba la historia de Amy (la de Hal es, sencillamente, aburrida y carente de interés).

Un libro con tantos altibajos de interés al final sale perdiendo, por eso es una lectura que no recomiendo especialmente, a pesar de que la revista Elle, por lo visto, la calificase de perfecta lectura de verano. Pues no estoy de acuerdo. La base estaba bien, pero la forma de contar la historia no me convence en absoluto. Así que sigo buscando una perfecta lectura de verano que recomendaros.