Un mes he tardado en leer DESDE MIS TACONES, de una tal La Divina. He estado investigando por ahí a ver si sabía de quién se trataba en realidad y no he encontrado nada, pero tengo mis fuertes sospechas de quién se esconde detrás de tan "autobombístico" seudónimo.

Lo que pone la contraportada es lo siguiente:
Mi vida vista desde fuera es perfecta. Dirijo mi propia empresa de organización de eventos; me va tan bien que estoy pensando en dar el salto a Hollywood. Salgo con un chico elegante, rico (asquerosamente rico) y noble (con título); estamos tan a gusto juntos que vamos a casarnos. Me encanta la moda; está mal que lo diga, pero todo me sienta tan bien que no le doy descanso a mi tarjeta de crédito.

Ahora bien, mi vida vista desde dentro deja bastante que desear. ¿Mi empresa? La Teoría del Caos se enunció gracias a nosotros. ¿Que me caso? Bueno, eso es lo que dice la prensa rosa. ¿Mi armario? De acuerdo, aquí sí que triunfo, ¡pero nunca se tienen suficientes bolsos!

¿Crees que ser divina es fácil? Deberías tratar de ver el mundo desde mis tacones...
Había leído por ahí que era un desternillante libro.

Ejem.

Para ser justos, no voy a decir que no sea un libro divertido: es verdad que tiene varios puntos bastante buenos. Pero me parece que muchos de ellos están metidos un poco con calzador, como para no perder el ritmo.

Por otro lado, si quitáramos las -a mi parecer- excesivas referencias y descripciones de trapitos, complementos (estilismos en general y modelitos de bolsos en particular), marcas de moda, locales de lujo y demás, sólo para que no perdamos de vista que la protagonista, la señorita Duque (sin nombre, sólo apellido) es los más de lo más en cuanto a moda, glamour y alta sociedad, nos habríamos ahorrado un montón de páginas.

Si además quitáramos la primera mitad de la historia, donde no pasa ABSOLUTAMENTE NADA, al final nos quedaríamos con un cuarto del libro, que quedaría más mermado todavía si se elimina el tema de las primas (un rollo que no viene a cuento de nada que leí en diagonal, no digo más).

Lo que queda después de eliminar tanta paja se resume rápidamente. La señorita Duque tiene un negocio familiar de organización de eventos de lujo y un prometido de la nobleza. Bien. Entonces la contratan para que relance la carrera de Perséfone Luz -nombre sospechosamente parecido a Penélope Cruz-, una aspirante a actriz que dió el salto desde un vídeo de Andy y Lucas (ejem) a Hollywood. Así que mientras que organiza las apariciones de esa caprichosa estrella en ciernes en París, su prometido le pone los cuernos, a su padre lo detienen y le embargan todos los bienes mientras ella están en la Semana de la Moda de París sin maletas, de desfile a fiesta y tiro porque me toca. Así que aparece de la nada el nuevo Ken de esta Barbie, y después de muchas visicitudes y de que él le saque las castañas del fuego en varias ocasiones, acaban juntos -por supuesto-.

Y ya.

Absolutamente prescindible, con un par de buenos puntos y poco más que destacar. Ese humor, en las dosis justas y en una historia consistente puede dar mucho de sí, pero... no es el caso. Una lástima.