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Al despertar tras un leve accidente, los primeros pensamientos de Alice son para el hijo que espera y para su marido Nick, que se habrá preocupado. Pero ni ella está embarazada ni Nick está en absoluto preocupado; es más, se están divorciando.Este libro, sencillamente, me ha encantado. Por eso, no voy a desvelar nada de la trama aparte de lo que se dice en la contraportada, porque lo recomiendo.
Pronto Alice descubrirá que ha olvidado diez años enteros de su vida y nada de su entorno le resulta reconocible. ¿Por qué se ha vuelto su hermana tan distante? ¿Quién diablos es Gina?
Lentamente, pequeños trazos del pasado se asomarán a la memoria de Alice y la obligarán a enfrentarse a la realidad.
De hecho, es uno de los mejores libros que he leído últimamente.
Como dice la contraportada, Alice se da un golpe en la cabeza y pierde la memoria. Cree despertarse en 1998, cuando ella estaba recién casada con Nick, embarazada y reformando su casa. Sin embargo, la realidad es otra: en 2008, se está separando de su marido, y tiene tres hijos a los que no recuerda.
Poco a poco Alice va reencontrándose con su madre, su hermana, su abuela... A las que cuesta reconocer porque han pasado 10 años desde la última vez que ella recuerda haberlas visto. También ella ha cambiado físicamente, claro. Pero lo que más le inquieta es que no sabe cómo es su vida, puesto que es radicalmente diferente a la que ella es consciente de tener.
Los lectores vamos descubriendo el mundo de Alice a la vez que ella, lo cual es estimulante. Nos hacemos una idea, junto a ella, de por qué las cosas han llegado a ser así, tan diferentes, tan raras... Y no sólo la vida de Alice, sino Alice misma.
Es un poco difícil no revelar nada de la historia... Así que lo dejo aquí, reiterando una vez más que ha sido una historia bonita, emotiva, bien escrita y sobre todo interesante.