Me he leído SABRINA: 1 - EL MUNDO: 0 de Rebeca Rus, por varios motivos.

El primero es por curiosidad: a ver qué tal es una chick-lit española, ambientada en Madrid y no en Dublin ni en Nueva York, que se vista de Zara y no de Prada y que escuche a Estopa y no a Elvis Costello, por ejemplo (no es el caso esto último, gracias a Dior).

El segundo es porque el diseño de la portada es de los que me gustan y definen ("una portada de ésas con dibujitos" como dice mi chico), y es bastante llamativo.

Y lo tercero... Lo tercero no es una razón. Es una curiosidad. En un hilo de un foro que visito a menudo escribe la autora del libro, y me llama la atención la cercanía, el poder decirle a la autora lo que te gusta o no del libro, comentar con ella lo que te ha parecido más divertido o lo que a tu juicio sobra... Ay, si Dan Brown hubiera hecho lo mismo me iba a oir leer...

La sinopsis que se puede leer en la contraportada es la siguiente:
Sabrina tiene veintiséis años, es alocada, irresponsable y con tendencia a meterse en líos. Su trabajo como creativa júnior en una agencia de publicidad no le da más que para compartir un piso caótico con dos amigas, paliar su afán consumista en Zara y llegar a fin de mes en números rojos.

No obstante, Sabrina ha decidido convertirse en la mejor publicista de España. Así que, por primera vez en su vida va a dejar el messenger, las intrigas de oficina y los escaqueos para trabajar por esa meta. Lo que Sabrina no se espera es que dentro de su cabeza haya verdadero talento, y mucho menos que la persona que va a ayudarla a descubrirlo sea quien es.
Una sinopsis muy acertada. De aquí puedes deducir que te va a ser muy fácil identificarte con esta chica, sobre todo en el tema de Zara y los números rojos... Así que es una razón más para abrir las páginas del libro y zambullirte en la historia.

Además, el resumen insinúa sin enseñar, y según vas leyendo, te das cuenta de que no es la típica novela que en el segundo capítulo sabes con quién va a acabar la protagonista, quién es el malo y todo eso. En este caso hasta bastante al final no tienes claro qué va a pasar, y la verdad es que la historia es buena.

Lo que no me convence en absoluto es la narración. Para mi gusto es demasiado lenta, la historia en sí podría haberse contado en menos capítulos. Describe lo que ocurre casi a tiempo real y en ocasiones se hace lenta como ya he dicho. En general me da la sensación de que se esfuerza demasiado en hacer gracia y se alarga la novela innecesariamente a mi parecer. Sí es verdad que tiene bastantes puntos y muy divertidos (en algunos momentos me he reido yo sola y la gente me ha mirado raro), pero me parece como si en cada párrafo tuviera que haber algo gracioso y si no lo hay, no vale; y por eso a veces la narración suena artificial. Excesivamente jocosa. Y eso no me gusta.

Tampoco me ha gustado el "exceso de imaginación". En la descripción de algunas situaciones está claro que la exageración es la nota dominante, y creo que hay que tener algo de realismo para que la historia no se vaya de las manos, y esa se va. Sobre todo cuando describe el ambiente en la oficina (vamos, creo que es una exageración algunas cosas, porque me cuesta imaginarme que en una reunión de una empresa seria empiece una batalla de bolas de papel con el Jefe Supremo presente). También el tema del piso compartido. Yo también he vivido con chicas -unas más desastres que otras- y hay cosas que sencillamente NO PUEDEN SER VERDAD. Una vez más, exceso de imaginación, y para mi gusto, sobra.

Así que en resumen, en mi opinión, este libro es una buena historia ahogada en una narración un poco forzada para ser más graciosa de la cuenta.