Más de la cuenta he tardado en leer ESTO ES LO QUE IMPORTA, de Emily Giffin, por unos cuantos parones involuntarios.

Tras ese título que me atrajo inmediatamente se esconde esta historia:
La vida de Valerie Anderson da un vuelco cuando su hijo Charlie, que jamás ha conocido a su padre, sufre severas quemaduras faciales en un incendio. El niño se recupera rápidamente gracias a la pericia del cirujano Nick Russo y la gratitud de Valerie hacia el médico pronto se convierte en amor.

Nick también se siente fascinado por ella, pues ve en esta mujer valiente todo lo que no ve en su esposa Tessa, un ama de casa que abandonó su carrera profesional para cuidar del hogar y parece haber olvidado todos sus proyectos de juventud.

Tessa, por su parte, tendrá que decidir si se esfuerza por mantener el estado de las cosas o si aprovecha la situación para dar un cambio radical a su vida, recuperando un espíritu luchador que ha quedado arrinconado.
Una vez más, me ha gustado mucho un libro de Emily Giffin. Salvo un pequeño desliz que tuvo y que le perdono, los demás libros me están encantando, porque me gusta muchísimo su manera de escribir.

Como hago con los libros que me gustan y que recomiendo, apenas destripo la trama más de lo que ha hecho ya la contraportada, así que poco más puedo aportar. Una vez más leo una historia de infidelidades y de tríos amorosos (que parece que dan mucho de sí). Las infidelidades en su conjunto -y con esto quiero decir: sin ver sólo una parte- son siempre complicadas y difíciles, y una vez más en una novela se muestran todos los lados, lo dulce y lo amargo.

Aunque el tema de los cuernos no es agradable, me ha gustado el libro porque lo aborda de una forma realista, con un poco de optimismo que a veces es necesario en la literatura.

No digo más por no chafar nada (sé que dejo una reseña bastante floja), pero a mí me ha gustado.
Una eternidad he tardado en leer EL CLUB DE LAS MADRES CABREADAS, de Mink Elliott. Y he tardado tanto porque me he dado prisa, si no me la llego a dar...

Bueno, no, no es verdad. He tardado en leérmelo por falta de tiempo y también porque, todo hay que decirlo, no me llamaba nada en absoluto.

Antes de ir un poco más allá, lo que dice la contraportada es lo siguiente:
Roxanne ha sido mamá por primera vez. Su marido la ha convencido para dejar Londres. La familia feliz vive ahora en un pueblo, en el campo. La casa está en obras. Su hija de diez meses es un terremoto. Y su marido, ¿le está siendo infiel?

Roxy se ha convertido en una madre cabreada. Así que decide montar un club: lejos de su familia y sus amigos, podrá compartir sus penas con otras madres tan imperfectas como ella.
Eso en cuanto al argumento del libro, y en principio es bastante escaso. Además, también se indica, como complemento a este resumen, que es una novela (y cito textualmente): incisiva y llena de humor, que es al mismo tiempo un canto a la amistad y a la solidaridad entre mujeres; tras lo cual yo suelto una enorme y sonora carcajada.

JAJAJAJAJAJAJAJA

Ya.
Me centro.

Porque ni es incisiva, ni está llena de humor, ni es un canto, ni nada. ES UN ROLLO DE LIBRO. Claro que eso no está bien ponerlo en la contraportada si se pretende vender ejemplares...

Pero es que es la verdad. En 322 páginas no pasa absolutamente nada. Acabas en el mismo lugar que empiezas, sin haber avanzado ni retrocedido.

A ver, no es que las páginas estén en blanco, no (aunque el efecto es el mismo). Es como un día rutinario, que acaba y te preguntas: ¿y qué he hecho?, siendo NADA la respuesta más sincera. Sí, te has levantado, desayunado, lavado los dientes, vestido, bla, bla, bla, bla... Rutina pura y dura, sin nada digno de mención. Pues lo mismo con este libro, así de claro.

Roxanne, mujer casi cuarentona con una niña pequeña, hace una aburrida vida en un pueblo. Se le resiste el cuidar de su hija y ser a la vez perfecta, así que decide juntar a unas cuantas en su misma situación para hablarlo y desahogarse (y beber y fumar). Bien. Pues ya está. Eso hace. Y luego, como todo el mundo, va a comprar, sale a pasear, llama a sus amigas, se enfurruña con su pareja, le cambia el pañal a la niña, se saca un moco, escribe un artículo para una publicación, se lava los dientes, compra tabaco. Y así todo el libro. Nada especial, nada notorio.

Y si alguien tiene la esperanza de que los personajes secundarios aporten algo, lo siento pero NO. Si acaso un poco su pareja, en un patético intento por hacer creer al lector que cabe una posibilidad de que le esté poniendo los cuernos a la protagonista, pero ya está. Los demás miembros del club aparecen en el libro por vergüenza (no queda bien escribir un libro sobre un club sin que tenga algunos miembros), de pasada y con menos profundidad que un charco.

O sea, en definitiva: palabras y más palabras anodinas, capítulos y capítulos tediosos, cosas sin importancia tras cosas sin importancia, aburrimiento y un poco más de aburrimiento.