Aprovechando el fin de semana pasado, hundida en un sofá y calentita, me terminé de leer este libro de la misma autora de LOCA POR LAS COMPRAS, sólo que ahora con su verdadero nombre: Madeleine Wickham.

La sinopsis que hay detrás del libro es la siguiente:
Roxanne, Maggie y Candice son tres amigas que una vez al mes se reúnen para tomar una copa y contárselo todo.

Las tres atraviesan momentos difíciles en sus vidas: Roxanne espera que su amante deje a su mujer por ella; Maggie está muerta de miedo por su próxima maternidad y a Candice no le queda más remedio que enfrentarse a su pasado.

Un inesperado encuentro en el bar en el que suelen reunirse desencadena una serie de acontecimientos que dan un vuelco a sus vidas y casi termina con su amistad. Ha llegado el momento de acabar con los secretos que las tres guardaban.
El libro cuenta la historia de tres amigas que trabajan en la misma empresa y que una vez al mes quedan para tomar algo y ponerse al día. Las tres son muy diferentes, pero buenas amigas, de ésas que hacen una piña inseparable.

Pero la maternidad de una de ellas la aparta de sus amigas... Ya no puede seguir el ritmo de vida que llevaba hasta ese momento, y ahora se encuentra con un reto que, a diferencia de los anteriores, no sabe cómo manejar: su hija. El miedo a arruinar su imagen de mujer competente la hace ocultar sus temores a la gente de su alrededor, incluidas sus dos amigas.

La más independiente de las tres tiene algo que ocultar: una relación con un hombre casado cuya identidadque lleva en secreto más de seis años. Pero un inesperado suceso trastoca su vida, y finalmente su "trapo sucio" ve la luz.

La más cándida de la amigas también tiene un secretillo, pero en su pasado. Es algo con lo que vive diarimente, y que no sabe nadie más que ella y su familia. Todo el asunto parece enterrado, adormilado, pero un encuentro lo despierta inespeadamente. Ella lo interpreta como una segunda oportunidad de enmendar la situación, y aunque sus amigas le advierten de que hay algo raro en ese encuentro, ella hace oídos sordos...

Realmente las espectativas que tenía eran algo altas, lo reconozco, después de conocer a Becky. Esperaba una historia alocada, pero no la he encontrado. En realidad está bastante bien, es un libro entretenido y dinámico como a mí me gustan, pero no te ríes tanto como en la famosa saga. Es una historia sin grandes pretensiones, pero agradable no obstante.
Hace bastante que acabé de leerme este libro, pero entre unas cosas y otras no lo he comentado as usual... Pero allá voy

Como siempre, lo primero, la información de la contraportada...
Por una vez en la vida, a Becky Bloomwood las cosas le van bien. Famosa por su afición a comprar sin límites, por fin ha conseguido el trabajo de sus sueños como asesora de compras en una tienda neoyorquina. Además, vive en un fabuloso apartamento en Manhattan con su novio Luke e incluso ha abierto una cuenta conjunta con él.

Pero, de repente, todo se acelera. Luke le pide que se case con él, y acto seguido, como movidas por un automatismo ancestral, entran en acción las... suegras. La madre de Becky quiere que la boda se celebre en el jardín de su casa de Surrey y que su hija lleve el mismo vestido de volantes que vistió ella. Por su parte, la de Luke está empeñada en organizar una fastuosa ceremonia en el Hotel Plaza de Nueva York.

Becky es consciente de que tiene que elegir entre una de las dos, pero ¿cómo tomar semejante decisión? Las semanas pasan hasta que, un buen día, se percata de que ha organizado dos bodas, una a cada lado del Atlántico.
La tercera entrega de las aventuras de Becky no defrauda. Se la ve venir. Con el "problemilla" que tiene con las compras, lo que le faltaba era organizar una boda, y sobre todo, la suya. Elegir un traje de novia, un sitio para la celebración, los regalos, las invitaciones... Y todo esto estando en Nueva York, donde las posibilidades son infinitas y su capacidad de decisión, escasa.

Además, las cosas se complican si se añade una madre emocionada porque se casa su única hija y una suegra que quiere la boda del siglo, ambas separadas por un gran oceano y no sólo físico...

Como es de esperar, la situación se complica porque Becky se deja embrujar por toda la parafernalia que rodea una boda y no es capaz de renunciar a nada ni de parar el cataclismo que se le viene encima. Vuelve a las andadas con su técnica: si no se ve, no existe. Como un avestruz. Esta chica no aprende.

La verdad es que no sé cómo me enfrentaría yo a la organización de una boda. Tampoco creo que fuera capaz de decidir qué quiero, porque seguro que cada opción me parecería atractiva a su manera. Supongo que también sería un peligro...

La historia vuelve a enganchar, como en las anteriores entregas. Te ríes mucho con las peripecias de Becky y su manera de esquivar los problemas, sólo que sus problemas son un boomerang y siempre vuelven. Al final, la chica tiene suerte y un novio/marido paciente que le sigue la corriente y menos mal... También lo recomiendo. Esta saga me tiene fascinada, y no deja de hacerme reir.
Volvi a leer EL DIABLO VISTE DE PRADA, de Lauren Weisberger, influenciada por el hecho de que en una media de cinco canales de los que zapeamos por las noches estaban poniendo la película (que acabé viendo por enésima vez, por supuesto).

Fui al estudio y busqué el libro entre la colorista colección de novelas chick-lit que alegran el mueble, la mayoría de las cuales aún no he leído; en cuatro días volví a devorar una historia que me gustó mucho:
Una novela deliciosamente jugosa sobre la jefa mas detestable en la historia de las jefas detestables.

La insistente voz de Miranda Priestly persigue a Andrea hasta en sueños: "¿An-dre-aaa? ¡An-dre-aaa!" ¿Es éste el trabajo con el que soñaba al salir de la universidad? ¿Es éste el trabajo por el cual tiene que estar agradecida y sentirse tan afortunada? Sí, es la nueva asistente personal de Miranda, la legendaria editora de la revista femenina más glamorosa de Nueva York. Ella dicta la moda en el mundo entero. Millones de lectoras siguen fielmente sus recomendaciones; sus empleados y colaboradores la consideran un genio; los grandes creadores la temen. Todos, sin excepción, la veneran.

Todos, menos Andrea, que no se deja engañar por este escaparate de diseño y frivolidad tras el que se agazapa un diablo que viste un traje de Prada (exclusivo, por supuesto), calza unos Manolo Blahnik y siempre luce un pañuelo blanco de Hermès.

Una novela hilarante que da un nuevo sentido a esas quejas que a veces circulan sobre un "jefe que es el Diablo en persona". Narrada por la voz fresca, joven, inteligente, rebelde y desarmante de Andrea,
El diablo Viste de Prada nos descubre el lado profundo, oscuro y diabólico de la vida en las oficinas del gran imperio que es el mundo de la moda.
Tengo que reconocer que la adaptación al cine fue bastante lograda, aún con las modificaciones en la historia original. Aunque el libro me pareció más divertido que la película, ésa tiene el mismo toque que traslada exactamente cuál es la pesadilla en la que vive Andrea y cómo acaba su vida personal (aunque en el libro se vea a una Andrea mucho más resistente a todo el mundo del glamour y en la película parece que "se vende" fácilmente cuando en realidad no es así).

Las novelas de Lauren Weisberger son poco cercanas, porque todas (bueno, todas: las dos que he leído, vaya) están ambientadas en el Nueva York más glamouroso y ni me imagino ese estilo de vida, pero la narración de las historias a mí me resulta bastante amena y divertida. Recomiendo los libros de esta chica (tiene uno pendiente de lanzamiento en España), porque te ayudan a desconectar y se leen rápidamente -vamos, en cuatro días, literalmente-. No sirven para cuando buscas historias profundas y sentimentaloides, pero sirven perfectamente para pasar un rato divertido sin tener que pensar en nada importante, que para eso tenemos el día a día, digo yo...
Estos días que he tenido algo más de tiempo para leer, me he terminado EL VIAJE DE DARCY, de Emily Giffin.

En la contraportada hay un resumen un poco... ¿Cómo lo diría? Demasiado metafísico para lo que me gusta encontrarme... Y no muy habitual entre este tipo de literatura, pero en fin... Ahí va:
Darcy Rhone creía tenerlo todo, atado y bien atado: le sobraba belleza y no podía estar más encantada con su vida. Tanto daba el interior. Tanto daba atenerse a las reglas. Tanto daban cosas absurdas como el karma.

Pero el mundo perfecto e inmaculado de Darcy da un vuelco cuando Rachel, su mejor amiga, la típica chica del montón, le roba a su prometido... y Darcy se encuentra por primera vez en su vida totalmente sola. Y encima con un bebé en camino.

Para reponerse se va a Londres, donde volverá a recurrir a su cara bonita para conseguir lo que sea. Pero mientras intenta reconstruir su glamurosa vida en un nuevo continente, Darcy se da cuenta de que las reglas por las que se regía hasta ahora ya no sirven.

El viaje de Darcy es una novela sobre los descubrimientos de una mujer acerca del verdadero significado de la amistad, el amor y la felicidad. Un libro idóneo para cualquiera que se haya preguntado, aun en secreto, si lo último que desearía no es sino lo que en realidad necesita.
Una vez asumes que este libro es un profundo estudio sobre el viaje a su interior de una mujer desorientada que se encuenta consigo misma cuando lo ha perdido todo, resulta que no. O sí pero yo desde luego no lo enfoqué así (que no me pareció tan profundo como prometía, en definitiva).

Darcy cuenta en primera persona la historia de su caída desde le cumbre del éxito personal, la belleza, el dinero y todo el glamour. De repente Darcy se queda sola, si el séquito que normalmente la rodeaba de amigos, familiares y amantes... Así que tiene que empezar de nuevo, dejando atrás aquello que no le conviene, lo que no es fácil puesto que supone cambiar radicalmente de forma de pensar y actuar.

Darcy me cae mal. Me cayó mal desde un principio y no lo arregló en todo el libro. Casi me daba rabia que le pasara algo bueno, porque desde el principio la chica no se puede decir que sea muy buena persona. Intenta redimirse a lo largo del libro, pero a mí no me convence en absoluto... El final no está tan claro como en otras ocasiones (esas veces que en los tres primeros capítulos ya sabes cómo acabará todo), aunque no sorprende demasiado porque al final sólo quedan dos opciones: que Darcy siga como siempre porque la naturaleza es muy fuerte o que finalmente haya cambiado después de todo.

El libro es entretenido y poco más. Le daría un 6.5/10, porque, aunque tiene una lectura rápida, no se puede decir que tenga el humor que me gusta encontrarme. La historia está más enfocada a la experiencia de la protagonista, realista y sin los toques de paranoia y humor que aprecio. Aunque no está mal, no te lo pasas especialmente bien con su lectura y no sería uno de mis más recomendados.
Me acabé esta segunda entrega de la saga LOCA POR LAS COMPRAS en menos de una semana (aunque no haya actualizado al respecto), así que creo que oficialmente puedo decir que estoy ligeramente enganchada a las aventuras de mi alma gemela Becky Bloomwood.

La sinopsis de esta segunda aventura es la siguiente:
Las tiendas de tu ciudad se te han quedado pequeñas, y tu tarjeta de crédito se muere de aburrimiento... Ha llegado la hora de ampliar horizontes: Nueva York te espera con los brazos abiertos.

Si en LOCA POR LAS COMPRAS dejábamos a Becky más o menos recuperada de un importante bache económico, ahora, con la lección bien aprendida, se ha propuesto comprar únicamente lo necesario para vivir, y parece que poco a poco lo va consiguiendo. Sin embargo, de repente, un inesperado viaje a Nueva York hace tambalear sus buenos propósitos.

Becky aterriza en Manhattan junto a su novio y descubre un mundo lleno de tiendas maravillosas, grandes almacenes de superlujo y ventas de muestrario, esos fantásticos lugares en los que ofrecen ropa de diseño a mitad de precio. ¿Cómo resistir a semejante tentación? Desde luego, una opción sería recordar al temible señor Gavin, el nuevo director de su banco, que carece de la sensibilidad necesaria para comprender las necesidades de Becky; y la otra, pensar en las maliciosas portadas de los periódicos ingleses, que aparentemente se han confabulado para exponer al mundo el eterno problema de liquidez de una inocente chica londinense.
Este resumen enseña más de lo que me gustaría, porque te descubre algo importante sobre la trama que hace que detalles que en teoría deben parecerte nimios ya le des importancia, y el factor sorpresa desaparece un tanto, lo cual, evidentemente, no me gusta.

Sí, debería dejar de leer las sinopsis, pero es que no puedo evitarlo...

A pesar de ese detalle que pasaré por alto, esta segunda entrega de la saga me ha gustado tanto como la anterior y pienso completarla aunque no me pille precisamente cerca ese antro de perversión que es la FNAC (porque en los antros sustitutivos sitios donde voy a comprar libros no he visto la colección que he empezado y quiero tenerla igual; soy así de maniática, qué le vamos a hacer). El estilo me sigue gustando: me parece ameno, inocentemente divertido y cercano, y no se me hace para nada pesada su lectura.

Por eso, recomiendo también esta segunda parte... ¡A ver cuándo me puedo agenciar la tercera!
Hace días que terminé de leer LOCA POR LAS COMPRAS, de Sophie Kinsella, que rescaté de los estantes de ese antro de perversión que es la FNAC (¡y me llevé una bolsa de Kukuxumusu!).

Me gusta mucho más el título en inglés: SHOPAHOLIC, enganchadísima a las compras, una adicta total... Porque eso es lo que es la protagonista:
Si uno acabara de conocer a Rebecca diría que es una chica como muchas otras, activa, alegre y con ganas de marcha. Pero si intentara compartir con ella un placentero e inocente Sábado por la tarde, paseando por, digamos, King's Road, constataría de inmediato que Becky, como la llaman sus amigos, está total, absoluta, perdida e irremisiblemente... ¡loca por las compras!

Pese a sus denodados esfuerzos por controlar esos devastadores impulsos consumistas, Becky ha sucumbido tantas veces a la tentación que las deudas empiezan a volverse una seria amenaza para sus inmaculados antecedentes penales. Necesitada de una solución urgente y en el punto álgido de su desesperación, Becky ha ideado un plan que, o bien la saca de apuros para siempre, o de lo contrario tendrá que hacerse a la idea de una tranquila vida en una remota y solitaria isla en los Mares del Sur.
Las desgracias de Becky empiezan cuando el cartero desliza silenciosamente las facturas de sus tarjetas de crédito y las cartas del banco en su buzón. Con muchísima imaginación ha ido aplazando las reuniones con el banco y ampliando su crédito para calmar sus ansias consumistas, pero llega un momento en el que las ideas se le acaban... Ya no vale con tirar las facturas sin abrir a la basura: la destructora de papel puede hacer tiras la carta, sí, pero su deuda no desaparece. El mundo, además, se le queda pequeño porque en cualquier esquina puede aparecer el director de su banco, y entonces sus problemas se materializarán otra vez. ¿Qué puede hacer? Debe pensar un plan mientras se prueba esos fantásticos pantalones que combinarán de maravilla con el suéter en rebajas de la tienda de enfrente. ¡Ah! Y aquel bolso tan divino... Y los zapatos tan ideales... Menos mal que el plan la encuentra a ella, porque no estaba demasiado centrada en la búsqueda, no.

El libro me ha gustado mucho. Está narrado en primera persona, y bueno, me encanta la manera que tiene de describir la sensación de entrar en una tienda y comprar algo bonito... E incluso la desesperación de no poder hacerlo, claro, jaja... Tiene una lectura rápida, el estilo es fresco y muy divertido. Además, las cartas del banco son geniales. ¡Recomendado!

Creo que voy a leerme toda la saga, así que iré comprando el libro siguiente cuando me acabe el anterior (para que no se me acumule el trabajo).
Tras empezar varias veces, al fin cogí con determinación CÓMO SER LO MÁS DE NUEVA YORK, de Lauren Weisberger y no me dejé seducir por otros títulos.

La sinopsis de la contraportada es la siguiente:
No, la vida de Bette Robinson no era del todo mala. Veintiséis años, un buen apartamento en Manhattan y, en breve, posible asociada en el banco de inversiones donde trabaja con su mejor amiga. Por eso, cuando decide dejar su trabajo como la chica impulsiva que nunca ha sido, no tiene ni idea de qué hará después. Durante meses su única ocupación es pasear a su perro por Murria Hill, un barrio que no se caracteriza precisamente por su glamour. Y en esas estaba cuando conoció a Kelly, directora de una famosa agencia de relaciones públicas, para la que ahora trabaja. Nada complicado, esencialmente ver y dejarse ver en todas las salas VIP de los clubes nocturnos más exclusivos de la ciudad. Lo único que ha necesita es evitar la cara de pasmada que se le ponía al ver rostros famosos, American Express negras, botellas mágnum de champán Cristal, o paparazzis.

No, la vida de Bette Robinson tampoco ahora es mala. Pero todo, todo es susceptible de empeorar, pues acaba de convertirse en uno de los personajes asiduos de una columna periodística dedicada al famoseo y su vida personal es... invisible. Y Bette se pregunta si es aquí donde deseaba llegar realmente...
Lo que me hizo rescatar el libro de bolsillo de la estantería de la librería donde lo compré fue que el anterior libro de esta autora, EL DIABLO VISTE DE PRADA, me había gustado mucho (bastante más que la película).

Este libro no me ha decepcionado lo más mínimo. El estilo de Lauren Weisberger me parece muy bueno, no se hace pesado, me resulta dinámico y muy descriptivo. La historia es muy glamourosa (o sea: nada cercana), pero no importa porque te engancha bastante. Lo sorprendente es que a pocas páginas del final, cuando las pocas hojas que quedan te hacen cosquillas en los dedos, aún no estás muy segura de cómo va a acabar todo.

No sabría definir exactamente por qué me ha gustado, supongo que es un poco el conjunto de todo... Pero lo cierto es que recomiendo este libro, quizá en las primeras páginas cueste un poco seguir adelante porque parece que la historia no va a dar para mucho, pero después sí que engancha y no puedes dejar de leerlo. EL DIABLO VISTE DE PRADA me gustó más, creo que por el argumento, pero como el estilo es exactamente el mismo, me ha parecido genial.