Rápidamente me leí este delgadito libro, ACEPTAMOS MARIDO COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA, de Miriam Lavilla. Escogí ese y no otro porque cuando lo cogí estaba de acá para allá y no quería concentrarme en algo que me llevara mucho tiempo, y este ejemplar era ideal para eso.

Y esto es lo que me esperaba durante 158 páginas...
La divertida y desenfadada Serena de Brie nos cuenta, a través de los artículos que publica mensualmente en una revista femenina, la vida amorosa de Natalia, una joven treintañera que desea encontrar por fin un marido.

Con grandes dosis de humor e ironía, Serena nos hace partícipes del desastroso pasado y del supuestamente prometedor futuro sentimental de Natalia: desde los fracasos que cosechó en Primaria hasta su loco verano en Marbella, pasando por una relación con el típico pesado que no hay forma de quitarse de encima.

Natalia y su grupo de amigas son mujeres inteligentes y divertidas que no se avergüenzan de desear encontrar al hombre ideal, casarse y tener hijos. Después de todo, aceptar marido como animal de compañía quizá no sea tan mala idea.
Como ya he dicho, este libro es muy, muy cortito y se lee en un plis. Vamos, que casi ni te enteras.

Estructurado en pequeños capítulos (que son independientes pero están entrelazados), se narran todos los tópicos en cuanto a hombres se refiere. Natalia y sus amigas se topan con todos los tipos de hombres que se conocen y se narran patrones y reacciones habituales en esas situaciones.

Es como si tu mejor amiga te contara que ha conocido a un chico, le está pasando esto o aquello, y tú le dices qué debería hacer. Esa dinámica, hecha libro. Sin más.

Aunque suene MUY machista, la verdad es que no creo que sea para tanto. No es un libro para tomárselo en serio, en absoluto (y ni mucho menos para ofenderse). Sirve para pasar un buen rato y reírte de ti misma cuando descubras que conoces algunos de los tipos de hombres que se describen a lo largo del libro -y ya he dicho que no es muy largo-.

Tan breve es el libro como esta reseña: es bueno para llenar momentos cortos de un contenido ligero y en clave de humor. Tampoco para partirse, pero al menos te arranca alguna sonrisa, y eso, siempre es de agradecer.
Con un poco de retraso, como parece ser que es mi costumbre últimamente (nota mental: sería buena promesa de año nuevo esto de no retrasarme con las críticas), procedo a contar qué me ha parecido ROMPER CON LA RUTINA, de Adele Parks.

Últimamente me ha dado por leer libros de infidelidades, y creo que ya vale por una temporada...
Connie Green lleva un año felizmente casada con Luke. Es el hombre perfecto y a su lado ha conseguido olvidar su adicción a los flirteos y al juego de la seducción... o eso creía ella. Pero cuando Connie conoce a John Harding, la adrenalina que siempre la había hecho sentirse viva pone en peligro su estabilidad conyugal.

John es un juerguista empedernido, divertido, irrespetuoso y, sobre todo, muy sexy. Connie no puede resistirse a tanta tentación, y durante un congreso en París tiene una aventura con él. A lo largo de las siguientes semanas pierde totalmente el control de su vida. ¿Qué ocurriría si Luke se enterara? ¿Y si su verdadero destino fuera estar con John y no con Luke?

Cuando Luke descubre la infidelidad abandona a Connie, quien tendrá que luchar por encontrarse aa sí misma, recuperar a su marido y recomponer la vida que ella misma ha destrozado.
Pues el libro es simple a más no poder. Aburrido.

Y pienso destrozarlo y contar cosas de la trama a continuación (el que avisa no es traidor).

Connie es una de esas criaturas que lo tiene todo, aunque a todas luces no se lo merece, y que se jacta de ello. Tiene un marido perfecto, y unos amigos atractivos y perfectos, y da unas fiestas perfectas en su casa perfecta a sus amigas perfectas. Así que como todo es tan ideal de la muerte, pues decide poner un poco de imperfección en su vida, también conocido como CUERNOS, con un compañero de trabajo que sólo puede calificarse de cerdo en grado máximo (aunque eso sólo se descubre mediado el libro).

Obviamente, te apetece escupirle a Connie en un ojo en primer lugar por dejarse embaucar tan fácilmente por un cretino integral y echar a perder la relación que tiene con su marido, esa relación con la que soñamos todo el mundo. Página tras página deseas que la pillen, que se hunda, que se fastidie todo lo que pueda y más... No te vale con verla sufrir por no ver a su amante, eso te parece poco. Te da rabia que sus amigas sean tan jorobadamente comprensivas y que le bailen el agua, cuando lo que ella se merece que le tiren de los pelos hasta que deje de hacer el imbécil.

Y sí, ese coraje que da la protagonista es el que te hace pasar página tras página para ver si hay justicia en este mundo y por fin la pescan -como te ha prometido la contraportada-, porque lo que es la historia en sí no te invita a seguir leyendo.

Al final, menos mal, cuando estás a punto de perder la esperanza, el marido la descubre de la manera más tonta posible (aunque, la verdad, es un modo tan inesperado que se merece un punto positivo por original) y la deja. Tú solo puedes gritar: ¡¡BIEEEEEEEEEEEEEEN!!

Pero la alegría dura poco, porque Connie resulta que aprovecha la coyuntura para encontrarse a sí misma, dedicarse a su vocación, etcétera, etcétera, etcétera, hasta que al final consigue engatusar a su marido de nuevo, que la perdona y todos felices y contentos.

Un asco.

De verdad, que dejen de escribir historias así, que parece que está hasta bien serle infiel a la pareja...

Así que sí, enfadada me ha dejado porque si ya de por sí el libro es bastante flojo, ese final tan sumamente injusto ha puesto la puntilla. Supongo que no hace falta decir que no lo recomiendo...
Este libro, EL CLUB DEL ADULTERIO, de Tess Stimson, fue el que me llevé de viaje para ayudarme a pasar los tiempos muertos en los aeropuertos y vuelos (o sea que sí, lo terminé hace ya un montón de tiempo, lo sé, soy un poco vaga).

Ha sido una grata sorpresa, aunque de entrada no me llamaba nada...
Nicholas Lyon cree que está inmunizado contra la plaga de mujeres dispuestas a desplumar a sus maridos por sus infidelidades que llena su oficina. Él está felizmente casado y sabe que las aventuras nunca acaban bien.

Sara Kaplan tiene veintiséis años, es abogada y la acaban de contratar en el prestigioso bufete de abogados especializados en divorcios en el que trabaja Nicholas. No tiene pareja, pues prefiere estar sola a ser la eterna amante, pero parece que ha llegado el momento de hacer una excepción.

Cuando Nicholas conoce a Sara todas sus convicciones se vienen abajo. Por más que él intenta evitarla, no logra aplacar el continuo deseo que siente por ella, hasta que acaba rindiéndose a sus encantos. Sin embargo, los remordimientos lo acosan... ¿Cambiará esta infidelidad la vida de todos para siempre?
El libro cuenta, como ya está claro, la infidelidad de Nicholas Lyon, quien, a pesar de que sabe muy bien lo mal que acaban esas cosas, cae en las redes de Sara y deja que sean sus pantalones (por decirlo de una manera fina) y no su cabeza quien decida sobre el asunto.

Contada desde tres puntos de vista distintos (el adúltero, la amante y la mujer), este libro profundiza en el affaire de Nicholas, haciendo ver que una infidelidad no es algo tan sencillo, que tiene muchos puntos de vista, que a veces las cosas no son como parecen, que jamás se puede salir indemne de una situación así... Y que lamentablemente, aunque todos sabemos que es una muy mala idea, seguiremos cayendo en ello una y otra vez hasta el final de los tiempos...

Francamente, poca cosa más puedo decir del libro sin destriparlo o decir obviedades. Esta historia no revela nada nuevo, ni endulza la situación, ni disculpa a los personajes. Lo cuenta, tan sencillo como eso. Lo que está bien y lo que está mal.

Merece la pena leerlo.
Me acabo de terminar MUJERES DE MANHATTAN, de Candace Bushnell. Me ha costado ponerme con él y por eso he tardado bastante con finiquitar este libro que va de que...
Todo el que es alguien en Nueva York sabe que Victory, Wendy y Nico son las caras bonitas del éxito en la ciudad de los rascacielos: Victory se ha convertido en la diseñadora de moda más solicitada; Wendy es la directora general de Parador Pictures y, además de estar produciendo una pleícula que va a ser todo un éxito, tiene tres hijos preciosos; Nico, por último, es la redactora en jefe de la revista Bonfire, la biblia neoyorquina para estar al día. A los ojos de los demás, las tres se hallan en el mejor momento de sus vidas. Sin embargo, desde el lugar que ellas ocupan las cosas no se ven exactamente así.
Ninguna novedad si previamente has visto la adaptación en forma de serie: al ser la autora la misma de Sexo en Nueva York, supongo que a alguien no le costó pensar que siendo una fórmula parecida, se podría crear otra historia semejante y que fuera otra serie de éxito. No fue exactamente así, porque la cancelaron en la segunda temporada prácticamente a mitad, sin un final concreto (habría dado igual cortar donde lo hicieron que tres episodios antes o dos después).

Y aunque no se haya visto la serie, tampoco es ninguna novedad. Todas las novelas de esta escritora (parece ser) se basan en mujeres que viven en Nueva York, y tienen éxito y dinero pero fracasan en sus relaciones una y otra vez. No hay más.

Con respecto al libro, tengo que decir que sí, que me he leído las 482 páginas y no sé de qué va. O más bien qué ha pasado. En la primera página me he encontrado a tres mujeres ricas y con éxito, y en la última página siguen estando esas tres mujeres con un poco más de dinero y algo más de éxito. Y ya está. ¿Y entre medias qué pasa? Bueno, pues sólo seis cosas: a una le falla un negocio y se busca un noviete, a la otra la deja el marido pero luego encuentra un recambio, y la tercera se busca un amante y asciende. Básicamente es eso. De vez en cuando hay varias reflexiones poco prácticas sobre las mujeres y el éxito, los roles de la sociedad y todo eso (que en la práctica sólo te valen si tienes un par de millones de euros en la cuenta del banco, y si no, te va a valer lo mismo que un manual de ornitología).

Ni siquiera he tenido que imaginarme a los personajes. Si ya los tenía en mente...

En definitiva, una chufa de historia en la que se basa una serie solamente pasable, y cuyo argumento es mejor que el libro porque al menos tiene que ya es decir. Leérselo sólo sirve para poderlo criticar con conocimiento de causa.
Hace ya más de un mes acabé de leerme este libro, UN MUNDO ENTRE TÚ Y YO, de Sarah Pekkanen. Fue mi última adquisición en formato bolsillo: desde hace tiempo no encuentro libros que me llamen la atención, no sé...

En la contraportada hay bastantes pistas (demasiadas) del argumento.
Lindsey Rose siempre ha sido, desde que tiene uso de razón, la eterna segundona con respecto a su hermana gemela, la rematadamente guapa Alex. Sin embargo, con casi la treintena cumplida, Lindsey está muy cerca de obtener al fin un gran logro: tras varios años de jornadas semanales de más de ochenta horas, úlceras, migrañas y una profunda soledad, ahora va a ser nombrada vicepresidenta creativa de la exclusiva agencia de publicidad en la que trabaja. Lo que no sabe Lindsey es que, durante el transcurso de una noche aciaga, los sueños que tan cuidadosamente ha planeado van a saltar por los aires.

Humillada y desesperada, huye del glamour de Manhattan para encerrarse en casa de sus padres, en Maryland. Por desgracia, la gran espina clavada en la autoestima de Lindsay, su gemela Alex, vive a diez escasos minutos y está preparando la boda con su particular príncipe azul. Lindsey tendrá que esforzarse por mantener inquebrantable su apariencia de hermana lista y responsable mientras en secreto trata de recuperarse de su crisis. Pero cuando se destape un secreto familiar, las dos hermanas tendrán que replantearse quiénes son en realidad y qué quieren hacer al fin con su vida.
Aunque no me esperaba gran cosa, este libro ha conseguido entretenerme bastante. Las primeras páginas muestran a una Lindsey exitosa y a punto de llegar a la cima de su carrera; pero como se sabe (gracias a la contraportada) que todo va a salir muy mal, esa parte se hace amena esperando -e intentando adivinar cuál va a ser- el desastre. Después, ya con la protagonista instalada en casa de sus padres, la historia en sí empieza.

Hasta aquí los spoilers. Como hace ya un tiempo que me lo terminé, no recuerdo muy bien los detalles de lo que más me gustó o lo que menos, pero sí que diré que me parece un final muy cruel para la historia. Quiero decir: se ve venir hacia dónde quiere ir la escritora (al final, quiere ir a donde todas las historias van a parar), pero lo normal es que en este caso no suceda por improbable. Pero no: la autora decide que cueste lo que cueste el final va a ser ése y no otro, y mete un giro cruel para conseguirlo.

La verdad es qeu esto que voy a decir suena un poco ridículo, pero no me sentó bien. Qué tontería. Ya. Pero refunfuñé cuando la escritora hizo lo que quiso con los personajes, y me pareció mal esa injusta manipulación de sus vidas para que a ella todo le saliera bien.

Así que aunque me pareció bastante entretenido, el final me enfadó un poco por cruel. Insisto en que es tremendamente absurdo, pero es que es verdad. Para que el final sea el que procede, hay que fastidiar a la mitad del elenco, y no se lo merecen, jooooooooooooo... ¿No os habéis enfadado nunca con un autor?
Sé que no anuncié que me estaba leyendo este libro en la barra lateral, pero es que me daba pereza subir la portada... Y cuando se me pasó la pereza ya estaba con otro libro, pero no dejaré de hacer la reseña.

Recuerdo que Y TÚ, ¿LO HAS ENCONTRADO?, de Lisa Jewell, lo compré de rebote para completar un pedido y que el envío me saliera gratis. Es un libro del montón que cuando llegó pasó a mi estantería sin más, y hasta hace unas semanas no reparé en él. No me llamaba ni el título, ni la portada, ni la contraportada...
Los hermanos London se criaron rodeados de cariño. Pero eso que llamamos «vida real» empieza a hacer mella en sus vidas perfectamente calculadas: Tony, el mayor, empresario de éxito, está en proceso de divorcio y obsesionado por su gordura; Sean, el mediano, novelista de éxito, está bloqueado y su novia, Milly, guarda una noticia que no le va a ayudar, precisamente, a desbloquearse; y Ned, el más joven, acaba de regresar repentinamente de un viaje por Australia que emprendió acompañado de una muchacha un poco loca... Ninguno de ellos sabe realmente qué busca en la vida. Tal vez el huésped que se aloja en casa de sus padres, un tal Gervase que habla y viste como un rockero de los años cincuenta y lleva un rollo místico un tanto extraño, pueda orientarles....

Efervescente como el champán, adictiva como el chocolate, es una divertida y tierna novela sobre el amor, la familia y lo difícil que es a veces saber lo que quieres.
Que me la compraren con el chocolate ya me parece mal...

En fin. Esta novela, sin ser ambiciosa en absoluto, podría haber sido mejor de lo que es. Resulta entretenida, pero hay algo que no acaba de encajar...

Poco más que decir de la trama por mi parte que no se haya dicho ya en este breve resumen... Cualquier incursión mía en contar qué pasa desvelaría más de lo aconsejable.

Se aleja un poco de las historias con protagonista femenina y ahora son tres los chicos protagonistas: tres hermanos distintos entre sí que se encuentran en diferentes etapas de la vida, y en situaciones personales dispares. Los tres se encuentran incómodos con el momento que están viviendo, y está claro que necesitan un revulsivo para avanzar puesto que llevan tiempo estancados y sin saber muy bien por dónde ir. Dicho revulsivo son las revelaciones de un viejo rockero, un elemento a mi juicio bastante discordante y poco creíble, que con sólo ponerles la manos encima ya está todo hecho. Como si fuera un santón.

Es una pena que dicho personaje sea la palanca que impulsa a los personajes a continuar, porque le quita a la historia todo el realismo conseguido con unos personajes corrientes y accesibles, con los que es fácil identificarse. Me pasé todo el libro esperando que no apareciera más, pero mi gozo en un pozo una y otra vez. Creo que ese recurso ha estropeado una historia que tenía buena base.

Al menos, me ha consolado el hecho de que aunque tú crees que va a pasar algo porque estaba cantado, al final resulta que no, que no pasa. Y eso me compensaba un poco el berrinche de ver inmiscuido un personaje absurdo y socorrido que sólo ayuda a que la autora tenga una excusa para avanzar un poco.

Por tanto, sólo la recomendaría para aquellos momentos en los que te tragas cualquier cosa.
Este libro, DIARIO DE UN AMO DE CASA DESAFORTUNADO, de Sam Holden, fue un intento de regalo para mi chico, ejem, ejem... Que al final lo he terminado leyendo yo y seguramente no pase por sus manos. Y eso que le convendría, según lo que pone en la contraportada...
Cuando Sam, padre de dos hijos, pierde su trabajo acepta a regañadientes quedarse en casa mientras su mujer regresa al trabajo. En secreto piensa que esto de la paternidad va a consistir en paseos tranquilos por el parque y leer el periódico mientras los niños juegan. Pronto se da cuenta de lo que significa quedarse en casa. Inevitablemente el caos doméstico aparece: sólo conseguir vestirse por la mañana y salir de casa sin tener que ir a urgencias es toda una proeza, como lo es intentar organizar la complicada agenda de juegos de los niños o esquivar los mil y un consejos de las demás mamás que lo acribillan cada vez que va por el parque. Desesperado por regresar a su vida anterior, Sam se aferra a planes descabellados pero justo cuando todo parece que empieza a aclararse descubre algo sorprendente.
Tal y como el título indica, se trata de un diario, a más puro estilo Bridget Jones donde Sam se desahoga como puede. Después de ser despedido por un pequeño errorcillo sin importancia mientras perseguía algo más grande, su mujer decide ponerse a trabajar de nuevo mientras Sam se queda en casa. La nueva situación se le va pronto de las manos a Sam: mientras su mujer está encantada de volver de nuevo al mercado laboral, él se siente un fracasado que tiene que quedarse a cuidar de sus hijos mientras su mujer es quien aporta el dinero en casa. Además, descubre que no es nada fácil mantener la casa limpia y los niños bien cuidados. Cada día que pasa Sam se encuentra peor y peor y peor hasta que llega un punto que se autocuestiona su salud mental... y es que empieza a hacer cosas muy raras...

Me lo he pasado muy bien leyendo este libro, lo he encontrado francamente divertido (y realista: no me cuesta NADA imaginarme a más de uno en esa situación). Por ponerle un pero, yo diría que es un poco largo y hay situaciones que no hacían ninguna falta -Emily, sin ir más lejos, sobra-; a pesar de todo, es una lectura divertida que recomiendo a todos los que se preguntan cómo se las arreglaría de repente un hombre en casa...